Evasivas, ausencia de respuestas, de soluciones y de proyección institucional, constante en la actuación de la actual Dirección General.
A 6 meses de la llegada al SENA de la Dirección de Jorge Eduardo Londoño, SINDESENA se vio obligado a realizar el 23 y 24 de febrero una jornada de protesta denunciando la desadministración, ausencia de rumbo de la entidad y politiquería que la aquejan. Como producto de esa actividad SINDESENA suscribió acta de compromisos con 3 representantes de la alta Dirección (Secretaría General, Director del SNFT y Director de Relaciones Corporativas), que incluía la realización de una reunión del Director General del SENA con integrantes de la Junta Nacional y presidentes de Subdirectivas y comités sindicales de nuestra organización sindical. De modo que la reunión, realizada tras dos largos meses de espera, no se adelanta como dádiva graciosa de una Dirección que a su llegada nos saludó con un “Parceritos esta es su administración, nos reuniremos una vez por semana”.
En procura de hacer más efectivo el esperado espacio, finalmente desarrollado el 17 de mayo, SINDESENA remitió desde el 10 de los corrientes un resumen de 5 puntos sobre problemáticas de cada una de las regionales con miras a obtener en este encuentro soluciones ciertas, compromisos de actuación que le garanticen a la entidad su funcionamiento, el salir de la parálisis que la tiene postrada, al punto de un infarto que arriesga el existir del SENA.
La conclusión de los asistentes a la reunión en representación de SINDESENA, es que sentimos que perdimos el tiempo, que el resultado fue absolutamente insatisfactorio y preocupante. La Dirección General no se tomó la molestia de revisar con seriedad el insumo suministrado y menos aún de preparar respuestas. Exhibiendo su desconexión, algunos directivos incluso parecían esperar aplausos ante tan precaria actuación. Es lamentable su falta de rigor, de análisis de la problemática, de postura autocritica, de sentido de realidad y de compromiso con la obligación que asumieron. Tras 9 meses de actuación, insisten en reclamar que los sigamos tratando como recién llegados y, peor, no parecieran reconocer que deben hacer esfuerzos por conocer la entidad, para valorar y apropiar un acumulado y acervo institucional que debe ser respetado; ni entender que se requiera un plan, una propuesta para seguir adelante, pues no podemos seguir funcionando con agobiantes problemas en la calidad de los servicios.