COMUNICADO DE PRENSA 02 – 2022 – Popayán, marzo 09 de 2022
Desde hace varios años no se registra progreso alguno en la sede que el SENA tiene en el municipio de Guapi, Cauca. Varias visitas de los representantes de los trabajadores en el COPASST Regional y también de integrantes del sindicato así lo evidencian. Aunque también hasta antes de la pandemia un nutrido equipo de directivos, con sus “asesores” de confianza, año tras año y casi siempre al final, organizaban visitas, de las que solamente trascienden sus gratos momentos en los sitios de esparcimiento.
Año tras año, también SINDESENA ha publicado el lamentable estado en que se encuentra la sede institucional del SENA en Guapi, al igual que ocurre con otras quejas, también año tras año las directivas anuncian planes de mejora, gestión para conseguir recursos, supuestas atenciones a nuestras quejas, pero al final todo sigue igual.
En la sede del SENA, en Guapi, no hay funcionarios de planta, solo contratistas, alguno que otro que viven en la región sin que hayan demostrado eficiencia alguna por gestionar mejoras para la institución, acomodados a la continuidad de sus contratos que nada les cuestiona su accionar rutinario de dejar pasar el tiempo mientras la institución pierde prestigio, sin que a nadie en Popayán y menos en el centro del país parezca importarles.
Hasta hace algunos años, el SENA al menos contrataba una casa para que los sacrificados instructores que desde Popayán van a atender los pocos programas de formación que se imparten en la costa caucana, tuviesen donde pernoctar, sin tener que pagar los elevados costos que significa vivir en Guapi además de la alimentación a precios que absorben los honorarios recibidos, peor aún cuando deben desplazarse a veredas usando lanchas donde un pasaje puede costar hasta $200.000 por trayecto.
Sin embargo, como se observa en la siguiente fotografía, desde al menos 12 años, dos embarcaciones permanecen varadas en el interior del SENA, sus motores dejaron de funcionar sin que se hayan gestiones para ponerlas nuevamente al servicio de contratistas, instructores y comunidad del SENA, para los procesos de formación profesional que se necesitan en la costa caucana. Hoy ya son pieza de museo.
Hoy la sede del SENA, al igual que la encontramos en el 2018, cuando la visitó una comisión del sindicato y que ya llevaba años en ese estado, cuenta con espacios que, en lugar de servir para la formación profesional, siguen guardando cosas inútiles, viejas, inservibles que no se dan de baja, es decir siguen siendo depósito de materiales, que tal vez solo sirven para el reciclaje.
Pero inexplicablemente la persona contratada desde hace muchos años, nada hace por mejorar estas condiciones y los que viajan año tras año, con viáticos incluidos, casi todos de la rosca de los equipos directivos, parece que al volver a Popayán el guayabo que deja la visita, hace que olviden pronto el desastre que, creemos, al menos alcanzaron a ver en la sede del SENA, Guapi.
En años anteriores publicamos esta denuncia con fotografías que muestran el deterioro del inmueble, el equipo que visitó la sede en el mes de febrero, trae estas nuevas fotografías, donde queda claro que ninguna reparación se ha realizado, al contrario, el deterioro continúa su ritmo, acabando con la esperanza de los jóvenes trabajadores de Guapi de poder capacitarse en una sede digna de una entidad como otrora fue el SENA.
Estado de los techos tanto exteriores como interiores, canales inservibles, goteras parecen a punto de derrumbarse.
De los pocos baños instalados, la mayor parte están fuera de uso y dos que funcionan, pero las puertas no cierran completamente. La tercera fotografía otra vista de la bodega en que han convertido la sede del SENA, en Guapi Cauca.
La fachada y el entorno de la “mejor institución que tiene Colombia” en Guapi, nos recordaron la obra de nuestro premio Nóbel de Literatura cuando describe las ruinas del palacio donde se desarrolló El Otoño del Patriarca.
Mientras tanto, la comunidad parece resignarse a ver el deterioro de la institución que en otros tiempos le brindó formación profesional integral y de calidad, con materiales de formación para que sus hijos se capacitaran técnicamente, hoy muchos de ellos deben procurarse los materiales porque allá ya no llegan, una población llena de necesidades que también en este aspecto hoy siente el abandono del estado, por administraciones inútiles para gestionar el bienestar social.
La oferta educativa tampoco ha sido pertinente para la región, es imposible hablar de cursos de informática donde las comunicaciones son pésimas, sin equipos reales, algunos cursos que se promocionan en la región carecen de materiales de formación, las pobres familias deben arreglárselas a su manera si quieren que sus hijos reciban formación para el trabajo, que contrario a las dinámicas de la formación profesional, termina siendo teórica, donde más se requiere la práctica. Si un instructor contratista es asignado a la región no recibe los apoyos suficientes para sus gastos de traslado al lugar específico que puede estar distante del centro del municipio, casi siempre sus precarios honorarios se ven afectados sin que pueda brindar todo el apoyo a la familia que deja en Popayán.
Es urgente que la Dirección del SENA empiece un proceso de bajas de inventario, una reposición de muebles, equipos y herramientas y lógicamente una inversión en reconstrucción de una sede que a los habitantes de Guapi y cercanías les hace mucha falta. Pero que no sean las obras de nunca acabar, de costos exorbitantes y antiestéticos y hasta poco funcionales como lo que hoy vemos se sigue construyendo en las sedes principales del SENA, Cauca
Tal vez muchos dirán, pero si en Popayán una ruinas que un ex director, de mala recordación en la institución, construyó hace 8 años, con costos que superaron los $550.000.000 en la sola cimentación, que no pasó de ahí, no tuvo desarrollos para que la justicia obligara a reparar el daño que hoy solamente afean las instalaciones del SENA Cauca, que pueden esperar las comunidades distantes, donde el estado únicamente llega en temporadas electorales, ni siquiera con soluciones, solo con promesas que todo el mundo sabe nunca cumplirán.
Como una prueba de la desidia, de la falta de interés administrativo y de la incompetencia institucional para resolver estos problemas, anexamos el informe que en el 2016 presentó la representante de los trabajadores en el COPASST Regional, compañera Ana Esmeralda Velasco sobre la visita a la sede Guapi, que hoy está peor que hace 6 años.