Con la tardía adición presupuestal al SENA, pocos recursos fueron destinados para la ejecución de la Formación Profesional, pero obligaron a los centros de formación a cuantiosas ofertas de Tecnólogos en los últimos tres meses del año, sin pertinencia, con falta de capacidad instalada y terminaron fomentando la modalidad virtual para dar cumplimiento con los 93.000 tecnólogos que faltaban para lograr las metas impuestas por el Gobierno Nacional.
Para el cumplimiento de estas metas el SENA asignó tan sólo el 8% de la adición presupuestal para contratación de instructores, equivalente a $33.315 millones; el 7.7% de la adición presupuestal para bienestar al aprendiz, apoyos de sostenimiento, materiales de formación, compra de elementos de protección y giras técnicas entre otros, correspondiente a $31.815 millones; mientras la gran tajada de este presupuesto se lo llevó la Oficina de Sistemas con $131.069 millones para el contrato de las TICs, LMS- TERRITORIUM y el Centro de Contacto, equivalente al 31,6% de los $413.992 millones adicionados por el Ministerio de Hacienda. Lo más lamentable de esto es que sin importar la onerosa destinación al pago de TIC, la calidad, cobertura y alcance de los servicios sigue siendo cuestionada porque realmente tiene muchas falencias.
Del total del valor de la adición presupuestal, más del 50% – $236.402 millones correspondiente al 57% de los $413.992 millones- quedaron para su ejecución en cabeza de las diferentes dependencias de la Dirección General, acentuando cada vez más el centralismo presupuestal en la Entidad, asunto que se pareciera volverse costumbre.