Desde el comité de trabajadores administrativos de la Junta Nacional de SINDESENA, observamos con preocupación la situación de los 69 profesionales que ingresaron a la entidad a través de la convocatoria 436 de 2017 y que desempeñan funciones en la Escuela Nacional de Instructores – ENI. La Resolución No. 130, del 1 de febrero de 2023, genera incertidumbre y falta de claridad sobre sus compromisos y responsabilidades. Esta falta de lineamiento y la decisión discrecional de quién debe emitirlos pone en riesgo el desempeño y la estabilidad funcional de estos profesionales en el momento de concertar los compromisos laborales para el periodo 2023 – 2024, teniendo en cuenta que se debe realizar a más tardar el 21 de febrero de los corrientes.
Para entender la situación actual, es importante conocer los siguientes aspectos:
- En 2014, el Consejo Directivo Nacional de Aprendizaje SENA creó la Escuela Nacional de Instructores Rodolfo Martínez Tono mediante el Acuerdo No. 6.
- La Resolución 1804 de 2014 estableció el Grupo Interno de Trabajo Permanente conocido como «Escuela Nacional de Instructores Rodolfo Martínez Tono» bajo la Dirección de Formación Profesional de la Dirección General del SENA.
- Según el tercer artículo de la Resolución 1161 de 2018, el grupo de trabajo «Escuela Nacional de Instructores Rodolfo Martínez Tono» estaba compuesto por 69 profesionales ENI distribuidos en diferentes centros a lo largo del país, y dependían funcionalmente del Coordinador del grupo.
- Sin embargo, la Resolución 526 de 2020 redujo el Grupo Interno de Trabajo «Escuela Nacional de Instructores ‘Rodolfo Martínez Tono'» a solo 4 cargos, excluyendo a la mayoría de los profesionales ENI. Este artículo clarifica que los profesionales ENI en otras regiones o centros deben cumplir con las normas y directrices impartidas por la Dirección de Formación Profesional.
- Finalmente, la Resolución 1539 de 2021 reconfiguró el Grupo Interno de Trabajo «Escuela Nacional de Instructores – Rodolfo Martínez Tono» sin vincular a los profesionales ENI con el grupo ni con la Dirección de formación profesional, y deroga las disposiciones previas. Como resultado, los profesionales ENI quedan en un estado de olvido aparente.