La pandemia de COVID 19 nos dejó muchos aprendizajes durante su prolongado y obligado periodo de confinamiento, muchas de las instituciones del estado, tuvieron que adaptar de manera rápida y en muchos casos improvisada su funcionamiento soportado en la virtualidad, todo mientras transcurría el estado de emergencia sanitaria. Desde los decretos para el retorno seguro a la presencialidad del año 2021, y las circulares que las dinamizaban, hasta el fin de la emergencia sanitaria han transcurrido varios meses.
Se hace importante que, junto con las políticas y medidas de prevención, ya socializadas y conocidas por todos para el retorno seguro, se garantice el tránsito a la presencialidad real y efectiva, pues inexplicablemente en muchas oficinas del SENA reina la soledad, sin existir una razón que justifique esa ausencia o la alternancia en la prestación del servicio. Somos conscientes de casos concretos en los que por problemas de infraestructura ha sido necesario mantener el trabajo digno a fin de no exponer a los trabajadores a riesgo o a condiciones indignas, pero esto es por vía de excepción, en muchos otros casos no existe justificación alguna y lo peor es que esto está afectando significativamente la calidad de la formación profesional y se constituye en un factor adicional de exclusión a amplios segmentos de nuestra población objeto.
Para el caso del SENA, una entidad cuyo mandato legal se enmarca en la ejecución de la formación profesional integral, y su ejercicio misional se traduce en la mística propia del aprender haciendo, se hace más que necesario el retorno presencial a todas las actividades. Talleres, plantas, laboratorios, ambientes tecnológicos, etc. hacen parte de la inversión que ha hecho la institución para tener en sus centros la capacidad instalada para formar y capacitar el talento humano que requiere Colombia.
En consideración de lo anterior, se requiere la presencialidad de la planta de personal, desde luego, instructores con sus aprendices, y el personal administrativo para garantizar la respuesta oportuna y pertinente de la institución, lo que se denomina internamente como “necesidad del servicio”.
Desde nuestra organización sindical SINDESENA, hacemos un llamado fraterno para retornar a nuestros procesos misionales básicos desde la presencialidad, y evitar el uso excesivo que se le da a algunas reuniones que pudiéndose hacer personalmente se hacen de manera virtual, a veces, en dependencias que comparten el mismo espacio físico. Por último, dejamos en claro que somos respetuosos de la normatividad y de las disposiciones que se han venido presentando frente a algunos compañeros que dada su singularidad se les otorga la posibilidad de realizar sus actividades mediante el teletrabajo.
SINDESENA JUNTA NACIONAL
Bogotá, 22 de septiembre de 2022
