El SENA, aplicando prácticas de transparencia para selección de las mejores personas naturales para prestar el servicio de impartir formación profesional integral, se ideó la escogencia de este personal a partir de dos criterios: a) valoración de la hoja de vida y, b) pruebas de competencias socioemocionales y habilidades digitales aplicadas por la Escuela Superior de Administración Pública.
En la valoración de las hojas de vida, un alto número de aspirantes reportaron muy bajos puntajes a pesar de su amplia y excelente trayectoria formativa en la entidad. Otros, contrariamente, muy altos puntajes. Ambas circunstancias son motivo de insatisfacción, pues la entidad en ningún momento orientó a los candidatos sobre las pautas con las que se encontraba parametrizado el aplicativo de la APE para la puntuación automática de las hojas de vida. Finalmente, los Centros debieron estructurar un equipo de funcionarios para revisar y valorar cada una de las hojas de vida y así asignar, de manera objetiva, los puntos que a cada postulante le correspondía.
En las pruebas aplicadas por la ESAP, se encontró una alta y desmedida carga de lectura rápida interpretativa que, al parecer, buscaba evaluar la capacidad para descifrar raudamente, antes que la medición ecuánime de las capacidades socioemocionales y digitales, a lo que se suma el marcado estrés por la estructura “espía” del software que, presuntamente, tiene la capacidad de calificar como intento de fraude hasta un estornudo del aspirante, rematando con las variadas fallas técnicas que a muchos compañeros se les presentó, tiempo insuficiente para responder preguntas con bastante contenido, sin contar con quienes, sin motivo explicito, no fueron convocados. En síntesis, la aspiración al cargo de instructor contratista se tornó en una carga socioemocional para sus aspirantes.
Desde el momento de la puntuación de las hojas de vida y de los posibles errores en los registros de los documentos en la APE, los contratistas han visto en riesgo la continuidad contractual para la vigencia 2022, en un clima de afectación socio familiar por efectos de la pandemia y los momentos difíciles de la economía nacional que se traduce en pérdida de empleos, reducción de la producción nacional y el incremento de importados.
Efectivamente, la contratación pública es un instrumento de dominio en manos de los poderes contratantes, con el fin complementario de acopiar bienes y servicios, el que no puede desconocer la protección y defensa de los derechos humanos, fin esencial de nuestro Estado democrático. Si bien, es necesario proscribir en la entidad las prácticas contractuales manzanillas, clientelistas y politiqueras al servicio de las castas tradicionales, es necesario no violentar las expectativas racionales de las personas que durante años han estado vinculadas con los Centros de Formación.
SINDESENA Cundinamarca, viene recibiendo de manera prudente y reservada, las quejas e inconformidades de los compañeros instructores frente a esta nueva forma de escogencia de contratistas para impartir formación profesional, brindándoles el acompañamiento necesario ante sus justas aspiraciones de vida digna.
SINDESENA CUNDINAMARCA RECHAZA EL ACTUAL PROCESO INHUMANO DE CONTRATACION DE INSTRUCTORES.
Noviembre 10 de 2021
