Lamentablemente esta administración no ha actuado con diligencia y prontitud ante las quejas recurrentes frente a las actuaciones de ciertos directivos como es el caso del Jefe de Control Interno de Gestión, Raúl Eduardo González Garzón y la Directora Administrativa y Financiera, Diana Gisela Jiménez Cuervo, quienes han sido denunciados en varias ocasiones por presunto maltrato a los trabajadores de planta y contratistas.
Estos son los hechos que van sumando en sus actuaciones en el SENA:
- Total indiferencia frente a la situación de uno de los trabajadores contratistas de la entidad quien lleva 4 años, cuyos conocimientos y aportes han sido reconocidos; hoy además con estabilidad laboral reforzada, pero a quien pretendió reducir sus ingresos en un 43% respecto a lo devengado en vigencias anteriores; así es, la doctora Diana en un acto de inhumanidad e indolencia ha decidido bajarle los honorarios, cuando más necesita apoyo de la institución, porque además de asumir toda la seguridad social, debe hacerlo con los gastos por el régimen tributario al que está sometido; pagar medicamentos que su EPS no reconoce o demora en entregar para proteger su derecho fundamental a la vida. ¿Dónde quedan los acuerdos firmados con las organizaciones sindicales de parte del Director, donde se ratifica humanización de la gestión?
El caso se trató en relacionamiento sindical y en ese espacio no se logró compromiso de parte de la directora, razón por la cual fue necesario escalar ante el Director General, quien dio instrucciones precisas para mantener y preservarle las condiciones, al tiempo que expresó su voluntad para que continuara sirviéndole a la entidad; al momento se está a la espera de la suscripción del contrato con los ajustes requeridos. Paradójico que a sus asesoras por el contrario les paga 12 millones de pesos a cada una.
Descargar documento para seguir leyendo…