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Ya hemos expuesto que la mentira implica cierta violencia contra la realidad en tanto que la falsea y deforma, además quien miente, despoja la verdad. Sin embargo, la mentira no es menos violenta y arbitraria ante los hombres, ya que el funcionario público mentiroso, en este caso, manipula a la comunidad educativa con fines ajenos a su voluntad y consentimiento
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