
¿Cuánto dolor estamos dispuestos a ignorar para seguir creyendo que todo está bien? Rosa María Cañadell Pascual
La Subdirectiva de Sindesena Meta advierte con profunda preocupación sobre lo que puede calificarse como una masacre laboral sin precedentes en los centros de formación de la Regional Meta: Centro de Industria y Servicios y el Centro Agroindustrial del Meta, una ola de decisiones administrativas está dejando fuera de los procesos de contratación para la vigencia 2025 a numerosos instructores y personal administrativo que, durante años, han dedicado su conocimiento, esfuerzo y compromiso al servicio de esta institución y a la formación de miles de aprendices.
Lo que se caracteriza como un golpe Injustificado, de acuerdo con la Circular 3-2024-000278, la no contratación debería estar fundamentada en observaciones claras en los informes de supervisión o en evidencia de incumplimiento de normas y procedimientos del SENA. Así mismo, se espera que la no contratación no esté en contravía de la Circular 3-2024-000297, en la que proporcionan criterios y herramientas jurisprudenciales que permitan a los ordenadores del gasto de la entidad tomar decisiones informadas y fundamentadas en cuanto a la posible renovación de los contratos laborales en el año 2025. Sin embargo, los afectados no presentan ninguna de estas causales. Entonces, ¿qué justifica este atropello?
La respuesta parece ser inquietante: presunto cumplimiento con cuotas políticas para favorecer a las casas clientelistas de los “rojos y verdes”, mientras se pone en riesgo la estabilidad laboral de familias enteras que dependen de este ingreso para subsistir.
Lo más indignante es que estas órdenes de exclusión de contratos de prestación de servicios están siendo implementadas por funcionarios de planta que, en lugar de defender los derechos y estabilidad de sus compañeros contratistas, se convierten en cómplices de una decisión injustificada y deshumanizante. Este tipo de prácticas que están asociadas a la corrupción, le han hecho mucho daño al SENA, dado que en ocasiones quienes dirigen los centros de formación y las direcciones regionales obedecen a los intereses políticos del sector al que representan y no a las necesidades reales de la entidad.