SINDESENA es un sindicato misional, por lo cual uno de sus compromisos esenciales es la defensa del SENA como entidad encargada de la ejecución de la formación profesional integral (Ley 119/94 Misión) para la materialización de un derecho constitucional (Art 54 CPC) que deben gozar los trabajadores y trabajadoras de Colombia.
La Formación Profesional Integral hace parte del sistema educativo colombiano establecido en la Ley 115 de 1994, en la que se denominó educación no formal, categoría que bajo el gobierno de Álvaro Uribe Vélez pasó a llamarse «educación para el trabajo y el desarrollo humano» (Ley 1064 de 2006), con el fin de cumplir intereses privados e “integrar” la educación no formal con la formal. Desde entonces el crecimiento de las metas de «tecnólogos» en el SENA fue exponencial hasta alcanzar 500 mil matriculados por año, como usted lo puede constatar en cifras oficiales. Ejecución de metas que no corresponden al eje de su misión institucional y que se traspasan al Ministerio a su cargo.
Lo hemos reiterado en otros espacios señora ministra: niveles como «técnico profesional» y «tecnólogo» son un sofisma para crear categorías (y metas) de educación superior, cuando en realidad, la técnica y la tecnología son formas de conocimiento, así como el saber científico, filosófico u otros; sería como si las universidades crearan categorías como científico avanzado, científico profesional o similares en adición al biólogo, al ingeniero u otras carreras. Si bien ya se tienen «innovaciones» como el «científico de datos», tal interés se genera en la creación de «mercados» y no en la garantía de un derecho
