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Entre la comodidad y la doble moral

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En momentos de crisis nada mejor que intentar aclarar a los ciudadanos y a las bases para que comprendan nuestra actuación frente a lo que algunos consideran contradicción por apoyar el primer gobierno progresista de Colombia a pesar de que en este no haya logrado entenderse lo estratégico que resulta el SENA en sus propósitos de llegar a los colombianos ignorados por décadas y décadas de gobiernos neoliberales.

Decimos estratégico porque la Formación Profesional Integral que imparte el SENA está concebida principalmente para quienes han desertado de la educación formal o no han tenido acceso a este servicio educativo, porque ésta es paralela  del sistema educativo formal, por módulos, con perfiles de ingreso que no son los cartones académicos, se ejecuta en procesos de enseñanza teórico-prácticos al mismo tiempo, en ambientes que simulan el mundo del trabajo y con diseños curriculares construidos a partir de la función productiva de las ocupaciones, pensados para desarrollar habilidades, destrezas y valores de los oficios y ocupaciones objeto de enseñanza, con la técnica, tecnología, o investigación aplicada que éstos hayan desarrollado. Estas características diferenciales de la “educación clásica” cuyos fines son el acceso al conocimiento heredado de la Ilustración, a la investigación científica y al saber universal que se desarrolla en la “escuela” y en la universidad.  La una es académica formal, disciplinar, la otra es ocupacional por fuera del sistema formal educativo.

Ningún país desarrollado prescinde de su institución de formación profesional porque la formación ocupacional  de los trabajadores siempre se requiere por más automatización que se haya alcanzado, ésta nunca cubrirá el cien por ciento de oficios y ocupaciones, luego es una paradoja que sea justamente este gobierno, con toda la claridad que tiene del nivel de desigualdad existente, el que busque transformarla en institución de educación superior y apartarla de la atención de los trabajadores colombianos que más la requieren y que desconozca que los aportes en transformaciones y avances de la sociedad  no son exclusivos de quienes  transitan por el sistema formal.

Pero esa contradicción, aunque compleja no se compara con la convicción de apoyar este gobierno e impedir el ascenso de quienes representan la extrema derecha en este país. Ahí está el meollo del momento que tendremos que afrontar y sortear con inteligencia, unidad y sobre todo comprensión de que lo que está en juego es ni más ni menos que el mantenimiento del sistema democrático; es imperfecto, pero siempre preferible a aquellos que solo buscan cercenar libertades y derechos ya conquistados con tal de acrecentar las ganancias de quienes ellos representan.

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